Floreana se mete en la cama. Al taparse, su cuerpo se le antoja algo dividido pero a la vez unido y multiplicado; desencadenado, sin Dios ni ley.
Pone las dos manos sobre sus pechos. El deseo: arder, robarle un momento a la muerte, resplandecer un instante pero luego morir, siempre morir...
La vida es prepotente, concluye; pasa por arriba de nosotros sin hacer la mas mínima pregunta.
Pone las dos manos sobre sus pechos. El deseo: arder, robarle un momento a la muerte, resplandecer un instante pero luego morir, siempre morir...
La vida es prepotente, concluye; pasa por arriba de nosotros sin hacer la mas mínima pregunta.
(El Albergue de las Mujeres Tristes, Marcela Serrano.)
1 comentario:
Wow!!
La petite mort
lindo cambio!
la cabecera me encantó =)
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